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Clavos bloqueados
CLAVOS DE BLOQUEO:
Sistema compuesto por clavos de fémur, tibia, fémur retrógrado y húmero.

FEMORAL:

Cuatro clavos en uno: El mismo clavo se puede utilizar tanto en extremidad derecha e izquierda, mientras que la configuración del orificio proximal hace que el clavo femoral sea adecuado tanto para aplicaciones de interbloqueo y reconstrucción.

TIBIAL:

El clavo tibial permite al cirujano para capturar fracturas cerca del espacio de la articulación mediante la inserción de tornillos oblicuos que no comprometan la meseta tibial posterior. Orificios transversales proporcionan la opción para interbloqueo en la forma convencional. El clavo también cuenta con una ranura dinámica proximal para permitir la compresión.

RETROGRADO:

El clavo retrógrado tiene una curva de cinco grados distalmente para acomodar el punto de inserción posterior en la muesca intercondílea. Los tres orificios distales están muy juntos para una fijación óptima, incluso para las fracturas supracondíleas. Proximalmente, el clavo tiene un agujero estático y una ranura dinámica.

HUMERO:

El clavo humeral tiene dos orificios oblicuos proximal y se complementa con una guía radiotransparente oblicua que facilita el bloqueo proximal en al menos tres planos. El bloqueo distal se consigue mediante un tornillo anteroposterior que se ha demostrado ser el método más seguro de bloqueo. El clavo también cuenta con una ranura dinámica distalmente para permitir la compresión en el sitio de la fractura.

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